Arropado
por una gran ovación, salió al escenario para deleitar a los asistentes con el
último concierto de la temporada. Hizo una inclinación de agradecimiento y saludo cuando, desde veintitrés metros de altura, se descolgó una
tramoya sobre el cerramiento de madera que devuelve el sonido al público.
Por expreso deseo del
difunto, el funeral se celebró con el Requiem de Mozart, rodeando la ceremonia
de un tono solemne, emotivo e incluso enigmático debido a la trágica muerte. Los medios de comunicación respetaron el
dolor de la viuda que se negó a hacer declaraciones ni a ser acompañada por
nadie. “A casa, por favor”, dijo a su chófer, que sin mirar por el retrovisor ejecutó la órden.
Tras cerrar la puerta principal, Teresa sintió como el vacío de la
ausencia se introducía por cada poro de su piel. Su amor había nacido al
acercarse a la persona inventada e idealizada hasta dejar paso a la persona conocida que la cautivó. Reparó en
detalles que hacía tiempo le pasaban desapercibidos. Fotografías de Jacinto con
dignatarios recibiendo premios, en otras como pianista invitado de importantes
Orquestas filarmónicas, bandejas, placas de plata con dedicatorias...
Subió al estudio del maestro. Dos estancias, decoradas en tonos azules, y separadas por unas puertas
blancas centrales con cristales biselados. Normalmente, estaban
abiertas. Se detuvo en la primera
recorriéndola con la mirada. Después fué acariciando todos los objetos,
libros, libretos, tulipas de las lámparas; olfateó los almohadones de su sillón favorito, la bata de seda que usaba para trabajar cómodo, pero las lágrimas contenidas afloraron
mientras tomaba varias partituras y las estrechaba contra su pecho.
Se dejó caer sobre un sofá al leer el título de la primera composición escrita cuando se casaron. ”Para
Teresa”, emulando la bagatella de Beethoven convertida más tarde en “Para
Elisa”, salvo que la de Jacinto llevaba la acotación (“Jamás habrá error de transcripción”) Un gesto de extrañeza se dibujó en su
cara al escuchar los primeros
acordes de la obra. Provenían del piano de la habitación contigua. Allí estaba él deslizando sus largos dedos por el teclado y sonriendo a una mujer que no era ella; esta era joven, elegante, bella. Con mirada seductora dio unos
pasos y se situó a la espalda de Jacinto mientras le acariciaba los
hombros y apenas le rozaba el cuello con los labios. El maestro aceptaba
complacido.
Teresa no podía creer que la
mente le jugara tan mala pasada. Se levantó rápidamente y las partituras se diseminaron por el suelo. Pero al ordenarlas se sumergió en el más gélido de los azules de la decoración que
ambos habían elegido. Entre tantos papeles recogió una fotografía de Jacinto brindando con aquella mujer en
el atardecer de una playa exótica. También, una cariñosa carta no enviada y fechada cinco días antes donde
concluía: “Elisa, amor mío, no desesperes, después del concierto le pediré el
divorcio.”
Hola Pilar. No me deja indiferente este relato pues mantiene mi atención desde la primera línea. Una tragica separación sin ser un divorcio. Las sorpresas de la vida a veces nos deja de rodillas ante algunas situaciones.
ResponderEliminarMejor no esperar nada de nadie.
Un relato bueno, muy bueno.
Un abrazo enorme
Así es mj, nos deja de rodillas. Una obligación es levantarnos. Muchas gracias. Un abrazo!
EliminarEstupendo!!!
ResponderEliminarGracias Lapislazuli, Saludos
EliminarJugarretas del destino...
ResponderEliminarA veces, sin querer, entre papeles olvidados se esfuma una vida...
Magnífico relato Pilar.
Mi abrazo y un lindo fin de semana.
El destino está llena de ellas. Muchas gracias. Un abrazo
Eliminarya me imagino lo que sintio al leer esa carta prohibida.
ResponderEliminarquizá sus rodillas cayeron como pajaro herido en declive, a una velocidad en la que el piso podria romperlas, pero sin sentir dolor alguno porque en ese momento todo el dolor esta en el corazon, la mente en fondo blanco con dos siluetas bailando y riendose de ella.
Que decirte amiga Pilar, si tus narraciones inspiran, conllevan a regocijarse o entristecerse o vivir en lo que creemos ficticio algo tan real!!
Que bien lo haces!! una alegria inmensa compartir letras con alguien tan enorme como tú, en verdad gracias por regalar tan estupendas creaciones!! abrazos inmensos Pi!
Omar, muchas gracias por todo tan suculento comentario aportando la delicadeza de tu visión poética. Un abrazo
EliminarMe gusta el relato, muy pero que muy bueno. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra que te gustara Carlos. Muchas gracias. Un abrazo
EliminarSorprendente relato, Pilar. La mentira, la traición, tarde o temprano salen a flote, incluso después de morir. Ojalá no hubiese tenido el accidente... A ella le habría "agradado" escucharlo de su boca. Algo le diría, seguro, pero... no pudo ser. Así también es la vida.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un beso.
Claro que si Malena, de entre lo malo, la menos tener la oportunidad de réplica. Muchas gracias Besos!
EliminarQué bueno!! Me mantuvo enganchada todo el rato Pilar, y no me esperaba el desenlace...
ResponderEliminarMe gustó mucho, escribes muy bien.
Un saludo
Me alegra que te enganchara y agradezco mucho tu comentario. Un salduo
EliminarPrecioso relato, muy bien escrito e hilvanado. Un gusto haberlo disfrutado.
ResponderEliminarGracias por tu solidaridad con el dolor de mi amiga.
Un saludo
Montse, trato de hilavanar como puedo :) y agradezco tu comentario positivo. Gracias a ti por devolverme la visita. Un saludo
EliminarVaya final, pobrecilla...
ResponderEliminarMe ha encantado entrar en contacto contigo. Visito por primera vez tu blog y me quedo con tu permiso.
Un abrazo
Rosa, entonces ambas estamos encantadas. Mi mas sincera bienvenida. Gracias por acercarte. Un saludo
EliminarQuerida Pilar, mas vale tarde que nunca, eso evita tambien mucho sufrimiento. Muy buen relato, como siempre. Un fortisimo abrazo, guapetona.
ResponderEliminarQuerida Eva, en este caso concreto como le respondía a Malena Millares, la impotencia de no tener derecho a réplica es tremendo. Un abrazo y muchas gracias
EliminarLas descripciones son muy buenas, la ambientación, y ese final imprevisto que te deja bastante cortada, :).
ResponderEliminarEres muy buena en estos relatos que no son muy grandes pero que uno siente que no le falta de nada.
Un fuerte abrazo, Pilar.
Muchas gracias Ohma. Trato de que sean lo más cortos posibles y me alegra tu comentario porque siempre me queda la sensación de que no lo consigo :). Un abrazo
Eliminarabsolutamente magistral, no esperaba este desenlace, pero supongo que se trata de eso, de sorprendernos. Muy bueno.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchísimas gracias Ana...el relato surge y se retroalimenta. No hay un final predeterminado. . Un abrazo
EliminarMuy bueno, Pilar. Sorpresa final que nadie espera, como en la vida. Me gustó mucho el desarrollo y ese desenlace que queda sin resolver... ¿Deja de llorar su muerte y llora por su traición o directamente deja de llorar?
ResponderEliminarGracias por regalarnos estos momentos que tanto disfrutamos.
Abrazos.
Muchas gracias a ti, a todos los que llegan a este humilde espacio y dejan su comentario...Buena pregunta la que haces...Ahí queda a gusto del consumidor. Un abrazo guapísima :)
Eliminar¡Ufff, que terrible"
ResponderEliminarTus relatos son mágicos, me gustan mucho, siempre me sorprenden.
No dejes de escribir.
Un abrazo.
Mercedes, no sabes como me estimula el comentario de alguien como tu que eres magia en movimiento y poeta. Muchas gracias. Un abrazo
EliminarParece que ya domino esto de las dichosas letritas y el numerito ¡Menos mal!, así ya puedo comentarte por aquí.
ResponderEliminarMe dejaste con la piel erizada!!!
ResponderEliminarLa cafetera sonó y me detuve a tomar un sorbo caliente, para poder continuar jajajaja!!!
El texto, como pieza literaria, impecable!!!
El texto, como pieza existencial, desgarrador!!!
Dos lutos de un sólo golpe!! Creo que nadie merece semejante ironía de la vida
Fue un super placer, leerte!!!
Besosss Pilar y lindo finde!
Gizela,la vida es pura ironía creo. Sabiendo como escribes, tu comentario me deja anonadada :). Muchas gracias y besos.
EliminarUnos personajes cargados de amor eterno o eso creían....Un realato con banada sonora incluida!!
ResponderEliminarPilar, admiro como estás desplegado tu poderosa imaginación.
Escribe, escribe, escribe....Espero tu nueva entrega
Besos
Ay genma, no sé si rebelarme por mandarme a trabajar o agradecer tu cariñoso comentario. Un beso enorme amiga,
Eliminar¡Excelente, Pilar! Una narración corta impecable. Como las que te he leído ya, bastantes, posee los elementos justos y en su lugar perfecto: Hecho, consecuencias del mismo con un lirismo delicioso y un final tan sorprendente que el lector no tiene por menos que deducir una gran elipsis temporal a la vez que la protagonista.
ResponderEliminarAdemás, posee la cercanía de la verosimilitud.
Mi más grata enhorabuena.
Un fuerte abrazo, Pilar.
Antonio, cuanto me alegra que te guste y tu análisis que no deja de sorprenderme. Muchísimas gracias.
ResponderEliminarUn abrazo grande!
¡Qué buen texto, Pilar!
ResponderEliminarMe dejé llevar por la historia y los personajes, hasta te podría decir que escuché la melodía del piano.
Pero no soy de los que analizan los textos, al menos no aquí, simplemente me pareció una pequeña gran obra.
Un beso.
HD
Bueno Humberto, los comentarios son a gusto de quien los hace y se agradecen tanto..¿verdad? Me alegra que te gustara. Un abrazo
EliminarHola, Pilar
ResponderEliminarUn relato sorprendente, lleno de matices como las composiciones musicales. Mucha pasión, amor, dulzura y un final inesperado.
Besotes.
Hola Dolce!, muchísima gracias por tu comentario. Seguimos viéndonos. Besotes
EliminarMe gusta el vínculo que estableces entre sucesos y comportamientos de los personajes en el contexto de un mundo determinado que construyes con referencias a la cultura musical, costumbres explícitas y a otras sobreentendidas.
ResponderEliminarUn relato de gran calidad.
Enhorabuena, Pilar
Un abrazo
Ay Pedro ¡me sacas los colores! pero también te agradezco mucho el comentario que haces. Un abrazo
EliminarNunca conoces del todo a nadie, por mucho tiempo que lleves conviviendo con ella, este relato así nos lo demuestra,
ResponderEliminarQuizás el destino jugó a favor de Teresa,que lo sepa aprovechar.
Besos de gofio.
Gloria, pues así es...nunca se conoce a nadie del todo. ¿Besos de gofio? ay que me dejas las bembas enharinadas mi niña. Te mando otro de mojo picón (despues la miel :)))
ResponderEliminarUn buen relato, Pilar, como el resto de los que te he leído.
ResponderEliminarEscribes muy bien, con soltura y elegancia, así que es un placer conocerte y quedarme a tu lado.
Gracias por tu confianza y recibe un gran abrazo.
Isabel, cuanto me agrada que te quedes cerquita. Muchas gracias. Un abrazo
EliminarSorprendente y te dejo mi humilde opinion ..uno conoce a las personas en dia que dejan de quererse. Besos
ResponderEliminarSoledad, también creo que con los malos tiempos es cuando mejor se conoce a quienes tenemos alrededor. Muchas gracias por tu opinión. para mi es muy importante. Besos
ResponderEliminarmuy buen trabajo narrativo Pilar
ResponderEliminarfelicitaciones
uno siempre se hace una idea del otro
pero la verdad es que ni siquiera nosotros mismos terminamos de conocernos ni de aceptarnos
somos una constante mutación emocional
buena semana
:D
Licha, quizás gran parte de la idea sobre el otro es porducto de la idealización. Muchas gracias
Eliminary buena semana para ti también.
¿Sabes? Yo admiro la capacidad de hilar dos palabras para construir una historia. A mí se me hace cuesta arriba, aunque lo intento alguna vez.
ResponderEliminarMe ha encantado devolverte la visita.
Un abrazo
Y sabes Huma? Yo admiro a quien dibuja sentimiento con palabras. Muchas gracias, Un abrazo
EliminarMuy buena página y gran relato. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias Eduardo. Saludos y bienvenido :)
EliminarUna situación perfectamente posible, un relato perfectamente hilvanado y un final perfectamente real.
ResponderEliminarMuchas mentiras salen a la luz, no todas, por suerte. Esa, hubiese sido mejor que que muera con el pianista.
Un beso grande
Ay james, se hubiera convertido en un relato rosita ¿no?. Muchas gracias por tantos halagos ¡me sonrojas!. Un beso también.
ResponderEliminarQué gran entrada!!! Jamás imaginó que el destino también sabe jugar. Me ha encantado cómo lo has escrito. Besos, Pilar.
ResponderEliminarEl destino es puñetero, sí :) Muchas gracias Aurora. Besos
EliminarQue buena publicaciòn narrativa, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
fus
Muchas gracias fus! :) Un abrazo
EliminarQuerida Pilar, desde este momento formas parte de los blogs enlazados. Tu blog es un encanto y pozo de buena literatura personal.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Pilar.
Antonio, ¡menudito honor! Muchísimas gracias. Un abrazo enorme!
ResponderEliminargracias por tu huella
ResponderEliminarbuen fin de semana
Lo fue. espero que el tuyo también
EliminarBien llevado el suspenso, para rematar el final con una sorpresa. No siemp´re por ser buen pianista, se es fiel. Un beso. Carlos
ResponderEliminarPues..llevas razón :) Muchas gracias. Un beso
EliminarAsí es la vida. Siempre te sorprende como sorprendes tu con tu final de relato.
ResponderEliminarUn gusto visitarte Pilar
Ya estoy de vuelta. Besos
Estoy contigo Daniel. La vida es una cadena de sorpresas. Muchas gracias. Un abrazo
EliminarEstoy contigo Daniel. La vida es una cadena de sorpresas. Muchas gracias. Un abrazo
EliminarUn relato de sorpresivo final, de esos que hieren. Y al personaje lo han herido de gravedad. Con este relato puede una formularse preguntas: ¿que es peor, enterarse de una infidelidad en vida o tras el dencanso eterno del amado/da?
ResponderEliminarExcelente relato, Pilar. Es la primera vez que te visito, estuve ojeando tu blog. Me ha gustado, con lo cual, si me lo permites continuaré visitándote y al tanto de tus nuevas entradas.
Un abrazo
FINA
Hay heridas que tardan en cicatrizar y ésta es una. Muchas gracias y siéntete bienvenida. Un abrazo
EliminarMagnífico relato con una conseguida atmósfera de romanticismo y misterio...
ResponderEliminarHola Pitt. Muchas gracias y bienvenido :)
ResponderEliminarDescubro tu blog, y me gusta lo que he leído, has escrito un bello relato, me quedo descubriendo más entradas.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias María y bienvenida. Beso
ResponderEliminarTerrible relato, creo que descubrir cosas después de la muerte, debe ser lo peor que puede pasarle a alguien. Sobretodo por aquello de que no hay muerto malo. Lo importante aquí es la soltura con que has hilvanado esta historia. MI aprecio y admiración para ti, como siempre.
ResponderEliminarBesos.
Rubén, nunca había oído esa expersión de que no hay muerto malo. ¡cuanta razón llevas! y que faena eh.
ResponderEliminarAprecio y agradezco tu comentario. Besos