Dionisio necesitaba llevar el recuerdo inventado hasta sus
últimas consecuencias, y emprendió el Camino de Santiago. El cuarto día, bajo
un sol de justicia, se abrió una zona de paisaje amplio y despejado donde divisó el árbol
plantado por su bisabuelo después de procrear once hijos y escribir un relato
de dos mil palabras; acto seguido le sobrevino un infarto que lo elevó al reino
de los cielos.
Dionisio se
acercó al majestuoso ejemplar conteniendo el aliento. Durante horas
recordó todos y cada uno de los detalles de su ancestro, mientras la suave
brisa movía las ramas sin el rumor
de las hojas. A punto estaba de fijar
su sueño con el marchamo de la verdad cuando escuchó unas voces femeninas,
cada vez más cercanas, que hablaban disparates:
—Me encanta la línea de tu nuevo
trabajo; especialmente ese del árbol solitario. Todavía tengo pendiente plantar el mío…
A este paso, acabaré por escribir un hijo o plantar un libro… Pero dime, ¿quién es el hombre del cuadro?
—¿Qué hombre? —respondió la pintora escrutando el óleo, sin comprender la pregunta de su amiga que insistió
en señalar una y otra vez el lugar donde se encontraba Dionisio.
© Pilar Cárdenes
Mercedes Mariño Mirazo,
Cuadro139x80 (nueva obra)
http://www.mirazopintura.com
muy buena esta entrada subrealista del Camino de Santiago, espero que pronto plantes un arbol y si es posible en el camino de Roncesvalles, pues pocos te encontrabas en el trayecto, que te dieran cobijo
ResponderEliminarAy, Roncesvalles se quedó en una "otra vez será". Se me rompió un pie quince días antes..¡Buaa!
EliminarNo sería mala idea... vivir dentro de un cuadro y allí plantar un árbol.
ResponderEliminarAbrazos.
Me encanta la idea, Rafael. :)
EliminarUn abrazo
Nada tiene de solitario el árbol de tu historia. Una historia surrealista que da para pensar.
ResponderEliminarEl Árbol de la " vida," diría yo...siguiendo con los surrealismos ...
Feliz Año. Pilar
Un abrazo
Fina
Me gusta lo que dices, Fina. Está abierto a cualquier sugerencia...
EliminarFeliz año
Un abrazo
ah qué preciosisimo! Es un relato circular,como laberíntico! Me ha encantado! Es un gustazo leerte!
ResponderEliminarGracias lunaroja.
EliminarUn abrazo
relato lleno d e ternura y fresca emoción , Pilar recibe mi ventura y armonia para el nuevo año que comienza con afecto . jr.
ResponderEliminarMil gracias, José Ramón.
EliminarFeliz año para ti también.
Qué fantástico!, un relato un tanto misterioso donde la realidad se da la mano.
ResponderEliminarMe encanta como escribes, he hacerme con tu libro "Hábito blanco".
Un abrazo Pilar y que tengas un buen año.
La vida se puede ver desde tantos lugares ¿verdad?.
EliminarMuchas gracias por todo, Elda
Un abrazo
Genial.
ResponderEliminarEres una maga.
Me ha encantado.
Besos.
Y tu un toro excepcional.
EliminarMuchas gracias.
Besos
Es como un sueño... y descubrirlo al despertar. Genial originalidad, Pilar.
ResponderEliminarMil besitos, preciosa mía.
Ah, mira, no lo había visto desde ese águalo. Me gusta.
EliminarUn abrazo
Plantar un hijo, muy buena idea para las mamás sofocantes.
ResponderEliminarUn beso
Y haberlas, haylas
EliminarBeso
he "plantado" siete hijos y "escrito" varios árboles, pues deberé seguir tu enseñanza y entonces "tener" libros en proporción a tu fantasía bien dicha.... Muy ingeniosa tu narrativa....
ResponderEliminarjajajaja!... Muchas gracias. Tendré que ponerme las pilas, a ver si te alcanzo, Lao!
EliminarUn relato que engancha, dicen que la vida no está completa hasta que lees un libro y se planta un arbol, tú hablas de plantar un libro, se ve que eres buena escritora, porque he visto en tu otro boog que has escrito uno.
ResponderEliminarGracias por tu visita y tu comentario, dices en él que en el boom de "España va bien" el consumo cayó y muchos aprendieron la lección pero otros no, eso suele pasar, algunos escarmientan cuando tienen problemas pero otros no lo hacen nunca aunque los tengan.
Efectivamente hoy en día muchos siguen empecinados en gastar sin parar y terminarán en la ruina si no paran de hacerlo, las cosas no están para despilfarrar, están muy mal económicamente.
Besos.
Mil gracias por acercarte y comentar.
EliminarUn abrazo grande!
Muy bueno; yo creo que un hijo plantado quedaría muy cuco, y daría menos faena. Y parid libros al lado de una higuera, mientras te disparan en un cohete también quedaría muy mono. Lástima lo del pie en el Camino de Santiago. Mi hijo el mayor, hace unos años lo hizo completo. No me acuerdo cuantos días se tiró, pero desde luego fueron bastantes. Me suena algo así, como un mes, o mes y pico Salió de un pueblo francés que tampoco me acuerdo de donde fue, hasta Santiago.
ResponderEliminarBesos y gracias por la visita.
Rafa, así es como dices el tiempo que se necesita, pero también se puede hacer en dos o tres años por etapas.
EliminarUn abrazo
Asumo que has puesto la magia de lo surreal, para este relato donde realidad y sueño se funden. Creo que en un cortometraje de Kurosawa, un personaje se adentra en una pintura, si la memoria no me falla, de Van goh.Tu texto, bello. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarNo conozco ese corto, pero me gustaría. Sobre Van Gogh y alguien que se mete en sus cuadros solo conozco a mi amiga Oteaba Auer, pero eso fue en el 2007. Te dejo el enlace donde habla de ello: http://oteabaauer.com
EliminarMil gracias y un abrazo.
Yo tambien conozco el dicho que es muy antiguo de luchas en esta vida hasta conseguir tener un hijo y plantar un árbol antes de partir de este mundo, mito o realidad hoy en día la mayoría lo hace al revés escribe el libro planta el árbol y al final tiene al hijo jejejeje, me gusto tu relato me divertí leyendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es verdad, Gladys, suele suceder como dices.
EliminarMuchas gracias y un abrazo