Olvidé girar la llave cuando cerré la tienda para cuadrar las
ventas del día. Al rato, no sé por qué, sentí la presión de una mirada. Levanté
la vista y encontré a un hombre enjuto, de avanzada edad y vestido de mago que me
observaba fijamente. Pese a estar cercanas las fiestas de carnaval, la barba
blanca parecía natural. Le ofrecí la recaudación, consciente de que era un
atraco. No contestó. Hice un barrido con la mirada, alrededor de la tienda, por
si estaba siendo víctima de una estúpida broma.
Al fin me contó que había extraviado su mente y cabía
la posibilidad de que la hubiera dejado en mi tienda. Le pregunté si se
encontraba bien, pero muy ofendido respondió:
—¿Me está usted tomando el pelo…?
Mire usted, caballero, cuando desperté de la siesta me di cuenta de la pérdida.
Estoy haciendo el mismo recorrido de esta mañana, y aquí fue el último lugar donde
estuve antes de llegar a mi casa. ¿La ha visto usted, o alguno de sus
empleados?
Otra vez me quedé sin palabras. Tras
un silencio interminable en que temí por mi vida, dio media vuelta, caminó tres
pasos hacia la salida, se giró de nuevo hacia mi, y con mirada conciliadora me
dijo:
—Bueno… quizás la haya dejado en el
trastero... no pretendo que pague usted mis despistes —esbozó una sonrisa—. Debo
irme, pero por favor no le diga a nadie que me ha visto. Imagine que pensaría
la gente si supiera que Dios ha perdido el juicio.
De nuevo me quedé desconcertado; su
mirada y la manera en que pronunció las últimas palabras me resultaron
convincentes. Ahora me llaman loco.
© Pilar Cárdenes
Yo no, nunca le llamaría loco. Un relato-historia-cuento genial, logras sorprenderme siempre. Saltos y brincos
ResponderEliminar:) Y tu siempre tan amable. Muchas gracias, Ester
EliminarYo también me he quedado sin palabras con tu interesante relato Pilar.
ResponderEliminarUn final extraordinario que no se espera, y que creo se puede interpretar de varias formas, pero yo no voy a decir por si después me llaman loca...:-)
Me encanto leerte.
Un abrazo.
Pero no te cortes, Elda.
EliminarMe encantaría saber esas interpretaciones.
Muchas gracias y un abrazo.
Muy bueno, reflexivo y filosófico relato. Con un final, ciertamente, inesperado.
ResponderEliminarTe felicito, Pilar
Un abrazo
Fina
Gracias, Fina, me alegra que te gustara.
EliminarUn abrazo
Surrealista pero no desencaminado... aun en clave de humor no deja de transmitir un mensaje. Tus letras... un placer para los sentidos.
ResponderEliminarMil besitos, Pilar.
Es verdad, Auroratris, las locuras suelen ser o parecer surrealistas.
EliminarGracias y un abrazo.
Joder, que bueno.... uno como yo eh????
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=6x90V1Js9wY
:P
Gracias Toro, menudito honor que mi personaje se te pareciera...
Eliminar¡Bendita locura!
:)
Me he quedado literalmente con la boca abierta al final, y lleva a muchas interpretaciones sí, muchas.
ResponderEliminarMi abrazote, Pilar
Entre palmeras, entonces deja que tus dedos expresen alguna de ellas :) Me gustaría!
EliminarUn abrazote
Pues allá va eso...
EliminarPara mi, la más importante es que los despistados somos nosotros, mejor es ver por dónde dejamos la nuestra.
Empezando por la mía, que se me da unas perdidas intencionalmente cuando se rumora que Dios tiene Alzheimer, y hay que tirarle las culpas del descalabro de mundo que estamos dejando.
Hay tantos cuerdos que se creen Dios, uffff.
Sigo???
Porque ya ni sé por dónde voy ni qué digo, pero tú me entiendes, verdad.
Me pongo como Cantinflas, es parte de mi locura.
AbrazOte y linda semana
Pueeesss, muchas gracias, Mayra, ahora toca procesarlo. :)
EliminarAbrazote!
**un guión como este,
ResponderEliminary el 'Truman' se queda sin 'Goyas...
**una vez vi cómo un dios vestido a lo satanás calculaba la distancia hasta desde el puente a la pradera.
acabó por saldar sus cuentas y se arrojó al vacío.
Jamás despertó del sueño**
la cordura intranscendente!!
genial
besos
Y un cuento como el tuyo lo acompañaría ¿aceptas? :)
EliminarGracias P MPilar. Besos
Un texto entretenido y desenfadado. De los que gusta leer.
ResponderEliminarUn abrazo, Pilar.
Muchas gracias, Ernesto. Un abrazo
EliminarEl final es cojonudo, ya que no se lo espera uno.
ResponderEliminarBesos.
Me alegra que te gustara el final, Rafa. Besos
EliminarPilar, nunca sabremos dónde dejó la mente tu personaje... un reto siempre para los que nos cuestionan casi cualquier cosa. La sensación de miedo al no tener respuesta el interlocutor, me ha parecido impresionante. Punto álgido en mi lectura. Gracias Pilar por compartir tu imaginario exquisito.
ResponderEliminarPerfecto,es un relato redondo y sorprendente!
ResponderEliminarGracias de paso por tu comentario en mi blog! Estuve ausente hasta ayer! Un besazo!
Dejando un abrazOte por acá.
ResponderEliminarLinda semana, Pilar
Muy bueno!
ResponderEliminarTodos estamos un poco locos, o loscos por completo. Tal vez tampoco fuera Dios, podría ser un vecino que está envejeciendo y anda buscando eso que cuando empieza a perderse es fatal. La memoria.
Saludos, un gusto visitarte.
Me encantan las historias que me llevan a leer un texto más de una vez hasta encontrarle el sentido del autor, Y el sentido que le doy yo. Precioso!!!
ResponderEliminarQue esa imaginación divina siempre encuentre una fuente de inspiración