Hace unos años, mi amiga Oteaba Auer contó una historia sobre
las plataformas: “Amoríos en el mar” (enlace). Obviamente, no me ofrecía
credibilidad alguna hasta el día de hoy en que una vecina tocó el timbre con
tanta insistencia que logró despertarme. Estaba sudorosa y hablaba
atropelladamente.
Al parecer, una nieta de Yellow Green de
Todos los Mares se acercó a la costa con el fin de abrirse paso tierra adentro.
Era mucho más grande y arrogante que su abuela. Además otras plataformas se
habían unido a la causa y la invasión estaba servida.
Los edificios de diez, doce y quince
plantas se sintieron indefensos. Pero el más chiquitín, a fuerza de ser
infravalorado, había desarrollado algunas capacidades que le permitían
subsistir. Y en un acto de extrema astucia gritó: Pío-Pío, Pío-Pío. Entonces
Yelow Green se detuvo unos instantes, valorando aquellas palabras. Sin lugar a
dudas, su piel era color Pío-Pío y en su mirada siempre estaba el mar, como les
ocurría a los monstruos de cemento.
El resto de inmuebles aprovecharon el titubeo de la plataforma para corear al
mequetrefe… Según relata mi vecina, el grito se extendió por toda la ciudad y
pueblos de la isla. La potabilizadora, depuradoras de aguas residuales y otras desalinizadoras
usaron su fuerza para llegar a todo el archipiélago. Con ese clamor retumbando en el océano,Yelow Green no se disculpó,
¡faltaría más! Sin embargo, prometió traer familiares y amigos para impedir que
alguna vez se hagan prospecciones petrolíferas en aguas canarias.
Desconozco cuánta veracidad hay en este
chisme. La vecina, con el móvil entre sus manos temblorosas para mostrarme las
imágenes, me dijo que por último, al compás del Pío-Pío, Yellow Green de Todos los Mares se desplazó silbando
hacia mar abierto…
© Pilar Cárdenes
Añoro muchas veces a Oteaba Auer, he seguido el enlace por recuperar su última publicación.
ResponderEliminarMe he dejado llevar por tu relato y me he solidarizado al momento con los edificios. Pío, pio
Yo también la recuerdo. Será que está muy ocupada....
EliminarCelebro tu adhesión, Ester... :)
Encuentro tu relato muy original y divertido. Me ha encantado. Saludos
ResponderEliminarT.T., me alegra saber que te gusto, pero ten por seguro que más me divierto yo, respondiendo a Ingeborg.
EliminarBuena semana!
El Pío-Pío posee tanta potencia que incluso los más granes le siguen y, pertinazmente, atacan y rematan lo que con tanta valentía ha iniciado este pequeño y, por ahora, invencible adalid de la razón. Un relato pleno de imaginación, algo habitual en ti, Pilar. Un abrazo.
ResponderEliminarSuele ocurrir que la fuerza no siempre está en los lugares más obvios.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Antonio.
Un abrazo
Tu imaginación es una fiesta para el lector.
ResponderEliminarMe encantas.
Besos.
Celebro que te guste :)
ResponderEliminarMuchas gracias
Besos