Por más inverosímil que parezca nadie había hecho un ensayo sobre la tontería hasta que Rosalinda sentó precedente. Buscaba el equilibrio manipulando los caprichos de la imaginación, pero siempre terminaba por resbalarse en el cenagal de la melancolía. Le faltaban palabras y le sobraban pensamientos. Jamás confesó a su hombre que no había sido la casualidad quien los unió cuando la noche invadió los últimos rayos del ocaso. Deliberadamente, forzó la realidad haciendo un pacto con la verdad para no prescindir de él.
Aliviaba las arrugas del alma construyendo puzles sin fisuras con los añicos del autoengaño. Volaba por encima de sus desaires o cabalgaba sobre el laberinto de sus mentiras mientras barría los silencios de la compenetración inexistente. Cuando se marchó solo le quedó la sonrisa congelada en el instante de una imagen no gastada por el tiempo.
Desde entonces, las compasivas madrugadas continúan llegando puntuales para retirar las mantitas que cubren sus ojos y asomarla al abismo de la ilusión donde se aferra al recuerdo inventado en que nada importaba porque él la vivía. Desconoce si sueña la situación o la situación la sueña a ella, pero mantiene vivo el ritual matutino de contener el aire para llevarlo a su boca cuando le falte el aliento.
Tal vez todos tengamos algo de Rosalinda; algunos poco y otros mucho.
ResponderEliminarDicen que la realidad es una construcción y la de Rosalinda tenía bases demasiado chicas y con nada cayó.
Otros dicen que puede negarse la realidad, lo que no pueden evitarse son sus consecuencias, tal vez Rosalinda no lo sabía. O tal vez prefirió vivir en esa realidad ¿quién sabe?
James, sin duda, creo que casi todo el mundo pasa en algun momento por el síndrome de Roalinda, sin que sea tan exagerado.
EliminarSaludos
El enamoramiento, creo, es siempre eso: contarse un cuento para vivir en él, pero que el cuento sea bueno y largo, depende no sólo de un personaje, sino de dos... porque se escribe a dos manos. Normalmente sólo una escribe la palabra FIN cuando se da cuenta de que se le ha acabado la tinta y el otro personaje se reserva la suya. No pasa nada; siempre hay más bolis y sólo tienes que conservar las ganas de escribir y vivir el cuento.
ResponderEliminarAsí es Flavia, el cuento debe ser construido y contado por ambas partes.
EliminarQue alegría verte por aqui y dando tu valiosa opinión de profesional.
Un besazo
Querida Pilar, has hilvanado tu relato con maestria. Tu forma de componer los relatos mueven a uno los entresijos del alma. Mi Enhorabuena amiga. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarEva, guapísima, consigues sonrojarme :)
EliminarMuchas gracias y un abrzo grande
vemos lo que queremos ver, y nos agarramos a un clavo ardiendo para soportar la soledad, el desamor, el final. Imagino que todo vale para que duela menos la ausencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Ana, así ocurre como dices en muchas ocasiones y que triste resulta...
EliminarUn abrazo
Un escrito muy bien construido y que nos sumerge en el abismo de la soledad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Mercedes! :)...pues sí, es una pelota cuesta abajo
EliminarUn abrazo
Rosalinda solo querìa compañia, aunque se encontraba sola en aquella historia imaginada por ella.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Fus, creo que Rosalinda quería el amor de alguien que no le correspondía.
EliminarUn abrazo
Pues si, a veces somos tan, Rosalinda.
ResponderEliminarMuy buen relato Pilar.
Mis saludos
SIIIII Alborada, menos exgeradas pero ocurre..
EliminarMuchas gracias
Saludos
La soledad vista de esta manera no me parece tanta soledad. Es importante recrear y soñar situaciones que llenen ese espacio que aparentemente parece solo, y casi nunca lo está. Me gusta mucho como escribes, tienes la facilidad de saber mezclar lo etéreo con lo terrenal, crear imágenes preciosas y acercarte a la poesía en el mismo espacio de tus líneas. Al menos así lo veo yo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Malena pero con mesura o se puede perder el norte.
EliminarCon tus halagos mepones colorada.
Un abrazo enorme :)
El recuerdo se convierte en ritual de la ilusión y la fantasía y así se eterniza y cristaliza en el subconsciente. Ya no se sabe donde empieza el sueño o termina, o quizá todo es lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo
mj, ¡qeu bonito como lo expresas!
EliminarUn abrazo
grato volver mi pasos hacia este destino en el cual encuentro sabiduria a traves del conocimiento. Es importante expresar lo que siente uno sobre cualquier tema que circule por la mente y darle una autenticidad que sirva para enmarcar tan distinguido texto.
ResponderEliminarUn placer recrearme con tan bonitas palabras y sentimientos..
Grato es para mi que regreses a este humilde espacio y dejes tan bellas palabras.
EliminarMuchas gracias Paco
Un abrazo
Bueno, me ha parecido un relato con más poesía que prosa.
ResponderEliminarSi tuviera que decirte un sóla palabra te diría que: genial.
La historia trancurre a través de un desengaño, una ruptura, sí,pero lo hace inmersa en un lenguaje poético de primera clase.
Besos.
Ohma, agradezco tu opinión que se asemeja a la de Malena. Aunque la verdad, de poesía no tengo la menor idea :)
EliminarBesos
Me encantó, muy lindo : )
ResponderEliminarGracias Zeida!
EliminarUn abrazo
Estimada Pilar!
ResponderEliminarEl sombrero me lo tengo que quitar yo! un relato al que no le pido nada, bueno solo una cosa, que las compasivas madrugadas, tardes, noches, medias noches retiren esas mantitas para que asi a cualquier hora que quiera leerte pueda admirar tu belleza hecha palabra!
Cuantas veces no he inventado yo recuerdos? miles de veces! un ejercicio que fortalece la imaginacion!
La ultima linea guarda, piezas de tenacidad, amor, esperanza. Un buen final para una buena obra!
Excelente Pilar, de la manera mas sincera que existe te digo inspiras!!!
Vaya Omar,.....sin palabras. Eso si, mis cachetes como un pimiento.
EliminarMuchas gracias!
Un abrazo
Es muy bueno lo que te he leído en el blog.
ResponderEliminarGracias por invitarme a leerte.
Es un honor para mí seguirte.
Y ha de haber muchos tontos sueltos ejerciéndose en el arte de la tontería, o de la hipocresía para con uno mismo, diría yo.
Un beso.
Gracias a ti por venir. Ya me pasé por tu blog y me gsutó mucho.
EliminarY si..hipocresía o autoengaño existe más de lo qeu creemos.
Un abrazo
Siempre nos engañamos. En el amor para no autoflagelarnos, mantenemos la ilusión de que volverá, o nos mentimos, poniendo en la escena de todos los días un amor que ya no vive. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarCarlos, pocas son las personas enamoradas que cuando llega el desamor no tratan de autoengaño...:)
EliminarUn abrazo
Te juro que llevo ya cuarenta intentativas de ensayos...
ResponderEliminarÉste de la tontería me ronda la cabeza y me da ínfulas de equipararme a Rosalinda.
¡Qué bien lo has tejido!
Un abrazo grande
jajajaja Pilar, que buena salida has tenido.
EliminarMuchas gracias
Un abrazo enorme!
Una maravilla que entretejes de pura poesía con una historia tan común y frecuente.
ResponderEliminar¡Chapeau!, me inclino ante tu relato-poema y ojalá surgiesen historias tan bien contadas de las muchas tonterías que solemos hacer.
Esto sí es fascinante, Pilar.
Abrazos y felicidades.
Mafalda, muchas gracias. me alegro que te haya gustado pero...¡que manera de sacarme los colores po rdiosss! jaja
EliminarUN abrazo!
Un relato con aroma a poesía de la buena.
ResponderEliminarYo tengo la sensación de que todos, alguna vez, intentamos escribir ese ensayo. Tal vez sea una suerte que no lo hayamos conseguido.
Nostálgico y musical. Me gustó, sí señor...
Un beso.
HD
Humberto, sin duda, es una mala lotería a quien le toque experimentear tan nefasto ensayo.
Eliminar¿Musical?...:), eso no lo entendí.
Besos
¡Precioso como escribes! Me encanta y quiero seguirte lamentablemente si no me hubieras comentado te hubiera perdido el hilo. Salgo a comentar por mi lista de blog y al no tenerte en ella pierdo actualizaciones. Si te parece te enlazo en ella y tu me enlazas también. Avísame si lo haces.
ResponderEliminarhttp://nidaeldore.blogspot.com
Besos desde Argentina
:) Quizás sea que la realidad la teñimos de ilusiones
ResponderEliminarGracias por tu visita
Saludos
Ya te he enlazado con lo que podremos intercambiar lectores de ahora en más. Con relación a tu comentario en mi blog te repito: Escribes muy bien.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias Daniel. Seguimos en contacto.
ResponderEliminarSaludos
Rosalinda viviò y se construyò su amor, como si de un sueño formara parte, siempre guardò la verdad de aquella historia, pero el amor hay que construirlo desde la complicidad, pienso que Rosalinda se equivocò.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Bueno Fus, también es cierto de que él le mentía con un amor inexistente...Y, cierto, se equivocó en el momento en que pasó por encima de su ego para no perderlo...pero, el título ya lo anuncia: Ensayo de una tontería.
Eliminar¡El síndrome de Rosalinda! ¡pobrecilla! :-))
Gracias por tu comentario
Un abrazo
Qué lindo este relato!!! Me ha gustado mucho. Acabo de descubrir tu blog...
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias Eva. Me pasaré por el tuyo.
EliminarSaldudos
Tengo que pasarme con calma por aquí..venía a agradecerte tu cálido comentario y me he encontrado con un blog y una escritura estupendas, lo dicho...¡volveré!
ResponderEliminarMil gracias.. :)
Un abrazo
Muchas gracias Mariló. Claro que si, seguimos viéndonos. Un abrazo
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