Cuando mi viejo amigo, Julián, irrumpió en la sacristía la cólera esculpía su rostro.
Demasiadas noches en vela imaginando como se desarrollarían los acontecimientos
en el invierno de la enfermedad. Trataba de encontrar una explicación, una
mentira para no enfrentarse a la verdad. De un manotazo, arrasó con todo lo que
había sobre mi escritorio a la vez que vociferaba:
—¿Dónde va el alma de los Alzheimer al quedar sin memoria, sin entendimiento ni
voluntad? ¡Joder!, ¡dímelo, curita de mierda! ¿No decías que son los tres
pilares en que se fundamenta? ¡Dime, coño! ¿Qué dios es ese tuyo que dota al
hombre de libre albedrío y por otro lado nos roba las facultades que
permiten recordar, comprender y querer, para elegir lo que nos conviene?
—Amigo mío,
tranquilízate y, ¡hablemos, hombre! Jamás olvido que en la vida solo tenemos
dos certezas; la de morir y la de vivir —Alcancé a decirle, sin mucho acierto,
mientras se desmoronaba en mis brazos.
Mi mente desempolvó el tiempo en que nos jugábamos a cara o cruz el honor de
ser monaguillo en la misa dominical. Creíamos, a pies juntillas, que el
Todopoderoso nos premiaría con el cielo tras confesar, una y otra vez, los
mismos "pecados" Estudiamos juntos hasta que ingresé en el seminario. El eligió Ciencias Químicas. Oficié su boda y bautizos de los hijos por
deseo de su esposa. En realidad nunca nos separamos, Desde que se declaró ateo,
discutíamos durante horas tratando de convencernos, mutuamente, sin que ninguno
dejara resquicio al beneplácito del agnosticismo.
Después de aquel episodio, en vez de matar el tiempo, se dedicó a disfrutarlo
junto a su familia. Nos veíamos cada semana. A veces, sufría accesos de pánico
que la razón no podía mitigarlos. Pidió que le pusieran música hasta el
final de sus días. Me dijo haber leído que el oído era el primer sentido que el
feto advertía y la última memoria que pierden los enfermos de Alzheimer.
En cada visita percibí el extravío de
recuerdos. Se quedaba sin presente porque no tenía pasado, ni tan siquiera el
futuro inmediato cómo el hecho de saber que almorzaría una hora más tarde Otras
veces, explicaba la forma o cualidad de un objeto a falta de la palabra que lo
definiera. Solía decirme: “lo veo, lo tengo en la punta de la lengua y no me
sale. Vocablos mudos, así los llamo, querido amigo,…no regresarán.” Perdió la
referencia temporal. La mayoría de las veces tenía la mirada en el infinito
mientras la música continuaba sonando.
En la etapa final tenía
los ojos, permanente, cerrados; se le despojó de cualquier atisbo de dignidad.
Cinco largos años, en aras de los avances de la ciencia, impidieron que la
naturaleza siguiera su curso. Sonda alimenticia al intestino, marcapasos,
oxígeno, cables, y un fisioterapeuta para evitar el anquilosamiento. La música
quedaba ahogada por el tosco sonido del respirador.
Una tarde abrió los ojos,
los cerró, los entreabrió de nuevo, encontrándose con los míos. Vi el brillo de
la sonrisa en la mirada Me pregunté si había encontrado el alma y dejaba
asomar sus facultades, o me transmitía su triunfo en la partida. Tal vez solo
fue producto de mi imaginación Al día siguiente me llamaron con urgencia.
Cuando entré en el dormitorio reinaba un espeso silencio; silencio lacerante que
mi voz quebró para hacerlo enmudecer. Impertinente silencio, único testigo de
como se evaporaba mi fe mientras le administraba los Santos Óleos.
Pilar Cárdenes R.
Extraordinario relato de potentes sentimientos encontrados en el final de la vida.
ResponderEliminarPilar, tu prosa se enrosca a mi alrededor y va apretando y apretando su intenso lazo hasta un final, no por previsible menos intenso.
Creo que la dificultad de entrelazar palabras y sentimientos posee el punto de equilibrio en la grandeza de la relación que estos dos amigos, porque lo son, y muy amigos, expresan en sus cotidianos debates que les empuja, a ambos, a un duro callejón sin salida.
Pilar, te felicito por tu imaginación, dura realidad y libre interpretación, que dejas al lector desde la primera a la última palabra del relato.
Un fuerte abrazo, querida Pilar.
Antonio, me gusta la descripción que has hecho sobre prosa, no por ella, sino por las acertadas palabras de"l... lazo que va aprentando hasta el final... "Sería una de las definiciones que haría del tema que trato y con tanto acierto has comentado.
EliminarMuy agradecida por tus palabras, querido Antonio. Un abrazo grande
excelente trabajo narrativo Pilar
ResponderEliminarfelicitaciones
contrastando y uniendo distintas filosofías de vida
abrazos y feliz feliz semana
Así es Elisa, filosofías contrapuestas y del respeto mutuo. Muchas gracias. Por cierto, en algun lugar te vi fotografiada con Fernando Sabido...Hay que ser muy buena para estar con uno de los grandes. Un abrazo y buena semana
EliminarMuy interesante y bella manera de plantear interrogantes básicos y reacciones inevitables.
ResponderEliminarYo soy de los que creen en lo que dicen los budistas: “el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional” , en relación a cuánto influye nuestra mente en el sufrimiento. El protagonista de la historia tal vez no hubiese sufrido tal desesperación si hubiese comprendido que la la vida es intrínsecamente injusta y que a los buenos les puede ir mal y a los malos les puede ir bien, que nuestro Dios, no quiere, o no puede, mitigar nuestros dolores, qué ante los momentos más amargos no hay nadie a quien culpar, aunque ciertamente siempre hay un Dios sordo dispuesto a recibir nuestros reproches.
Siguiendo con esa diferencia entre dolor y sufrimiento, creo que el Alzheimer –al menos lo que he visto hasta ahora- desconecta a la persona de su mente y consecuentemente de su sufrimiento.
Un beso grande, muy feliz año
...desconecta a la persona de su mente y consecuentemente conecta a quienes le rodean de su sufrimiento.
EliminarEl sufrimiento de la persona que es diagnosticada con tal enfermedad, créeme que no es opcional. No es cuestión de buenos y malos...Inevitablemente, arrastra con sus seres queridos como apunta Papus. Un besote y feliz año para ti también.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¿Encontraria su alma?, para mí esa es una gran clave de este terrible mal."...único testigo de como se evaporaba mi fe ..."... ". Magnífico relato Pilar, magnífico!. Besos.
ResponderEliminarQuien sabe, Ángeles...Muchas gracias por tus palabras. Besos, mi niña
EliminarExcelente relato, no cabe duda. Cargado de preguntas para las que nadie tiene respuesta, o cada uno tiene la suya, que es lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aurora, mejor definición que la que has hecho, no se me ocurre.
EliminarAgradezco el lujo de tu presencia y palabras en este espacio.
Un abrazo
Me gustó muchísimo tu relato.
ResponderEliminarY esos ojos que al final, se hicieron eco de su alma
Besos¡¡
Muchas gracias, paloma. Besos
EliminarEnhorabuena por tus relatos. No solo están bien escritos, sino que tratan asuntos de actualidad que a muchos nos incumben.Tienes una manera muy original de abordar temas delicados. Breves, pero muy interesantes. Feliz 2013.
ResponderEliminarVaya, Papus. Cuánta alegría me da verte por aquí y tus amables palabras. Bienvenido y Feliz año para ti también. :)
EliminarPilar, me dejas KO con esta pieza de temática, estructura y ritmo impecable. En pocas líneas llevas al lector por los vericuetos de unos personajes enlazados en la cuerda de la vida hasta que los nudos se aflojan y uno tira del otro desembocando en un final de profunda oscuridad.
ResponderEliminarMuy bueno ¡Felicidades!
Un abrazo
Pedro, creo que los nexos que establecemos con otras personas, a veces, nos llevan por vericuetos, cono dices, impensables. Tus elogios me abruman y, al mismo tiempo, agradezco. Un abrazo y Feliz año
EliminarMuy buena forma de relatar realidades....¡muchos saludos!
ResponderEliminarAgradezco mucho tu comentario. Saludos para ti también
EliminarNo tengo palabras, Pilar. Es real, crudo y a la vez muy tierno. Lo narras de una manera espectácular, llegas al lector haciéndole cómplice de esta historia. Muy bueno, amiga.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y feliz año 2013.
Vaya, Aurora, no sabes el piropo que me echas si conseguí hacerte cómplice durante la lectura.
EliminarMuchas gracias, amiga. Un fuerte abrazo para ti también y Feliz año!
Que tristeza me ha dejado leer tu post tan cruelmente real.
ResponderEliminarAhora que respondo espero se te haya pasado pero; ciertamente es una realidad demasiado cruel.
EliminarEsa devastadora enfermedad llamada alzheimer que acecha a tantas personas convirtiéndolas en simples vegetales. ¡que malas pasadas juega la vida y ninguno estamos exentos de ellas, ninguno. Es una lotería con la que tenemos que convivir, toca o no toca, es así.
ResponderEliminarUn excelente relato, duro, pero realista, que toca la fibra sensible de los lectores, querida Pilar. Te felicito por ello.
Un abrazo y feliz año 2013
Fina
Fina, el sufrimiento, sin tregua ,que generan algunas enfermedades e incluso secuelas de accidentes desarman sus vidas y la de quienes están alrededor.
EliminarMuchas gracias por dejar aqui tu huella. Un abrazo enorme y Feliz 2013
Joder Pilar...
ResponderEliminarNo sabes cuanto me llega tu entrada, tanto que no puedo evitar los recuerdos, mi madre murió de Alzheimer y durante siete años se fué consumiendo poco a poco, era una mujer muy bella y cuando la llevaba a bañarse veía lo que iba quedando de su cuerpo y su orgullo de parecerse a una actriz mexicana y le decía, Ay, María Félix carajoooooo...
A veces de madrugada se ponía a cantar, ya sin voz y tantas, tantas cosas, hasta que le daba su comidita con baberos y una cuchara, son muy tristes recuerdos.
Dicen es una enfermedad altamente hereditaria y sabes, me da miedo, no quiero que mis hijos se queden con ese recuerdo, quiero que Dios me mantenga viva mientras siga en pie de lucha, con mis ideales, mis sueños, nada que no quiero que ese desmadrado alemán se enamore de mi, no me gustan los alemanes.
Un abrazote muy enorme y un 2013 de salud, amor y paz, que sigamos recorriendo juntas este camino de letras y amistad.
Lo lamento mucho. Un abrazo enorme y feliz 2013!!
EliminarMagnífico Relato sobre una Enfermedad que abate por partida doble a quien la padece y a quien la ve padecer.
ResponderEliminarYo tengo a mi madre y a mi suegro y, a veces, se hace devastadora esta experiencia.
Un abrazo.
En este Nuevo Año vamos a abrir el libro, sus páginas están en blanco, escribamos Palabras sobre nosotros mismos. El Libro se llama Oportunidad y su primer capítulo es el día de Año Nuevo.
Demos paso a los Sueños y vistamos radiante a la Realidad.
Abrazos.
Pues sí, quien más quien menos, tenemos o hemos tenido muy cerca la enfermedad. Eso, abramos el libro de las ilusiones y ¡a escribir!!! Un abrazo!
EliminarCasi todos, de cerca o un poquito más lejos, hemos sabido algo de esta enfermedad, cuya cura parece estar aún en pañales. Ojalá tengamos pronto al alcance un tratamiento óptimo para ella, pues lo último es perder la memoria, la noción de las cosas, el autocontrol...
ResponderEliminarEl relato me parece excelente, bien conducido, con absoluto respeto al enfermo y revolviendo los cimientos de quien parece estar seguro de su fe.
Yo creo que el alma... es eso, el alma, y está por encima de todo.
Enhorabuena, Pilar.
Un besote restrallón.
Ojalá!!..hace falta muychas investigación y que los familiares donen los cerebros tras su muerte.
EliminarMalena, imposible escribirlo sin el absoluto respeto que merece la persona o personas. Un beso grande mi niña.
Impresionante tu texto.
ResponderEliminarEl tratamiento de una enfermedad tan terrorífica como frecuente.
La fe a veces no mueve tantas montañas, a veces la realidad es mucho más cruel y despiadada, tanto que la fe no puede hacer más que callar.
Besos mediterráneos.
Estoy contigo, la fe siempre no es el bálsamo que todo lo cura, sino que, a veces, puede llegar a perderse. Besos
EliminarPilar:
ResponderEliminarEl Alzheimer lo sentí muy cerca. Es duro cuando no te reconocen, pero es mucho más cuando tienen una ráfaga de memoria, porque en ese instante te das cuenta de cuanto sufren y no puedes hacer nada. A pesar de ello, creo que tienen muchos momentos que si se dan cuenta pero no aciertan a expresar...
Buena entrada, porque estas cosas habitan entre nosotros.
Un fuerte abrazo.
Moon.
Así, es, ya lo expresaba el protagonista del relato con sus "vocablos mudos" ¡Es tremendamente cruel!. Un abrazo
EliminarQuerida Pilar, acabo de regresar y me encuentro con un nuevo trabajo narrativo que pone los pelos de punta, tambien un nudo en la garganta, como siempre da mas miedo el sufrimiento y la perdida de dignidad que la propia muerte. Muy buen trabajo, como siempre. Besos y muy Feliz año nuevo
ResponderEliminarQuerida Eva, estoy completamente de acuerdo con tu comentario respecto al miedo que produce. Feliz Año, Reyes, y todo lo que quede por cumplir. Besos
EliminarMe ha sobrecogido... este relato llega al alma y angustia.
ResponderEliminarNo quiero pensar más.
Enhorabuena
La realidad supera a la ficción...Saludos
EliminarUn relato duro, como lo es la enfermedad y la vida en los momentos finales.
ResponderEliminarMuy logrado, Pilar. Consigue emocionar hasta el tuétano. La enfermedad y el cómo esta diluye a la persona se muestran sin paliativos. La vida no los tiene; tampoco debe tenerlos la literatura.
Un abrazo y feliz 2013.
Asi es Isabel, la enfermedad no tiene otra cara por mucho que queramos pintarla con bellos sentimientos hacia quienes amamos...Agradezco el punto de vista. Un abrazo y Feliz año y reyes.
EliminarEs una enfermedad tan dura,tan inhóspita,tan deplorable...
ResponderEliminarEs como ir de regreso,sin poderlo evitar,a esa nada de la que emergemos.
Sólo que aquí la mente va dando traspiés dolorosamente para quienes lo padecen tanto en primera persona como acompañantes.
Un genial,bordado y tristísimo relato.
Besos.
Una enfermedad muy cruel para todos...Gracias por el comentario. Besos
EliminarEmocionante relato, me recorre un escalofrío por el cuerpo.
ResponderEliminarNo es solo como describes la crueldad de esta terrible enfermedad, es también la gran amistad que une a estos dos hombres y la conclusión última: "Impertinente silencio, único testigo de como se evaporaba mi fe mientras administraba los Santos Óleos."
Excepcional relato.
Un abrazo.
A veces la vida nos pone en el disparadero de saber cuán fuerte es una amistad. No siempre se resiste la prueba. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo
EliminarBuen relato, la muerte tan presente como la vida.
ResponderEliminarUn abrazo y espero que en el 2013 sigamos compartiendo
Feliz Año
Así es, a muerte es parte de la vida, nos guste o no. Feliz año para ti también. Un abrazo
EliminarEl escritor como un líder, escribe lo que todo deseamos manifestar. Tu relato inicia con la pregunta que siempre me hago ¿sin memoria existe el alma? Una respuesta para mi es el tema de esa enfermedad, con la que se llega a- La nada-, se apaga el sentido de la vida tal y como lo presentas. Hay otras terribles enfermedades que hacen lo mismo y en un instante, los coágulos en la sangre o derrames que generalmente atacan el cerebro y quedas como un vegetal. Un horror todo esto.
ResponderEliminarUn placer estar en comunicación contigo mi estimada escritora, excelente el relato.
Para ti y tus amores lo mejor de la vida hoy y siempre Pilar. Un abrazo
Así es, Leticia, un accidente vascular puede dejarnos en ese estado "vegetal". Sin embargo, para mi, lo peor de ésta es la crueldad en su desarrollo. El enfermo y quienes le rodean están sufriendo, durante tiempo, antes de que el paciente desconecte de todo lo que le rodea. Muchas gracias. Un abrazo
EliminarUN cuento muy humano y existencial, capaz de poner en duda tantas convicciones o la misma fe. UN gran cierto en el manejo del lenguaje, pues el lector se conmociona con los hechos duros y puestos en cuestión. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado. Un abrazo grande
ResponderEliminarwow!!!! qué relato... y es una pregunta muy interesante... cuando no tiene uno memoria, el alma la perderá también...
ResponderEliminarexcelente
saludos
carlos
Muchas gracias por tus palabras. Saludos
Eliminar¡Hola Pilar!
ResponderEliminarVengo a saludarte y agradecerte la visita a mi blog y comentario.
Me encuentro con un interesante blog de estupendos relatos.
El que hoy nos describes me toca muy directamente. Los últimos años, y después del fallecimiento de mis hermanos y de mi padre, me tocó cuida de mi madre, enferma de Alzheimer (ya lo he contado en el blog) y no quiero repetirme ni volver a disertar sobre el tema, tan solo eso, decir que conozco el tema que relatas con tanto acierto. Es una enfermedad devastadora para el cuidador que se debate en contradicciones y sentimientos encontrados que oscilan entre la más infinita ternura y una especie de desesperación o dolor sin consuelo, aunque el resumen es que la experiencia es al final positiva por el aprendizaje de humanidad que conlleva. Volvería a repetir toda la experiencia con tal de poder prodigarle nuevamente mi amor y mi ternura, sentimientos que crecieron en mi al cuidarla.
Un abrazo, encantada de haberte "conocido".
Bienvenida Chela. Me gusta le apunte que haces sobre la persona cuidadora (El/LA gran olvidado) Muchas gracias por visita y comentario. Un abrazo
EliminarPara mi la clave está en el final, cuando el cura pierde la fe. Y pensando pensando sobre este punto, creo que el cura esperaba que su amigo le diera alguna señal para confirmar su propia fe,pero no la tuvo por eso dejó de creer.
ResponderEliminarLa amistad,al final, pudo más que sus convinciones. Confiaba en su amigo.
Fue mi conclusión pero igual estoy equivocada, Pilar.
Respecto al alzheimer decir que conviví con esta maldita enfermedad durante siete años y tengo que decir que la has descrito muy bien.
Estupendo relato,eres grande escribiendo.
Un fuerte abrazo.
Ohma, no, no estás equivocada, es una de las claves de mayor importancia. Hay varias, según mi modesto entender. Mi clave principal es otra pero, el lector es dueño de interpretar la que prefiera o más se adecue a lo que piensa...no sé :)
EliminarMuy agradecida por tus palabras.
Un abrazo grande
Terrible enfermedad, la conozco de cerca y sé lo que es...
ResponderEliminarMe gustó mucho el relato.
Un beso Pilar, espero hayas empezado bien el año
Sí Eva, quien más quien menos la ha tenido cerca. Me alegra que te gustara. Feliz Año. Besos
EliminarBonito y triste relato nos traes hoy, el alzheimer es una cruel enfermedad que va minando los sentidos de las personas que los sufren, como le ocurre al amigo del cura, lo cruel es que él se va dando cuenta de ello, lo bonito es el sentimiento que hay entre ellos y que al final el cura al ver a su amigo morir llega a perder la fe, porque no ha podido hacer nada por él.
ResponderEliminarMe dices en tu comentario a mi entrada que la experiencia se va adquiriendo con los años y que jamás volverías atrás, creo que llevas razón, hay que vivir el presente, el día a día, con todas nuestras fuerzas.
Besos, hasta pronto querida amiga
Es verdad, ante todo, vivir el momento. Muchas gracias. Un abrazo
ResponderEliminarUn relato estremecedor.
ResponderEliminarMuy bien escrito... tanto que me hubiera gustado seguir leyendo más y más a pesar de su dureza.
Te feliciot.
Saludos.
Vaya, Toro....Me complace muchísimo tu comentario pero, estamos a merced del tiempo y el blog no es el mejor lugar para extenderse con los relatos...Saludos
EliminarWow, parte el alma la historia que nos dejas, pero al mismo tiempo es tremendo!! LA verdad es que conozco a mas de una persona con ese mal y debo decirte que es terrible ver como se van de la vida poco a poco, es triste!
ResponderEliminarTe dejo un beso Pilar y se feliz!
Ciertamente, Gilberto, hay realidades que rompen al más pintao...Es parte de la vía. Agradezco tu comentario. Besos
EliminarDuro pero precioso al mismo tiempo. Lo cuentas con dureza y sensibilidad al mismo tiempo...
ResponderEliminarGracias por seguirme. Yo también te sigo, Saludos desde http://yoadoroviajar.blogspot.com
Trini.
Bienvenida y, muy agradecida por todo. Saludos
EliminarTremenda enfermedad
ResponderEliminarGran relato, deja mucho que pensar
Abrazo
Lleva aparejadas muchas cuestiones. Muchas gracias y un abrazo
Eliminar¡Enhorabuena por otro gran relato, Pilar! Un abrazo.
ResponderEliminarVaya, María!..Muchísimas gracias! Un honor que me leas. Un abrazo grande!
EliminarPilar.... que fuerza narrativa... Un texto que nos pasa la tristeza y que nos lleva a pensar que la vida es un ejercício diário de humildad.
ResponderEliminarLa vida real ni siempre es agradable....
Integral, y que pena que se deje llevar por la ignorancia del Ego....Muy agradecida por tu comentario. Saludos
ResponderEliminarHas creado un gran relato. Enhorabuena.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Muchas gracias. Un abrazo
EliminarUn feliz hallazgo tu blog. Tengo tarea para ponerme al día.
ResponderEliminarNos vemos.
Bienvenido Manuel. Me alegra que te guste el contenido de mi blog ¡Claro que s!í, nos vemos
Eliminar¡¡Que relato mas bueno y que bien escrito!!
ResponderEliminar¡¡Enhorabuena!!
Un abrazo.
Jorge, me complace tu visita y , cómo no, tus palabras. Un abrazo
ResponderEliminar¡Hola Pilar! Me gusta tu relato, intenso como la vida. Pero...¿Dónde va cualquier alma cuando muere el cuerpo? Besos...
ResponderEliminar¡Hola, Olga!, bienvenida. Me complace mucho que te gustara el relato. En cuanto a la pregunta ¿De veras crees que puedo contestarla? Besos, mi niña
ResponderEliminarMuy bueno Pilar, tiempo sin pasar por aquí... esper tengas un gran año! saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, reina. Buen año para ti también. Saludos
EliminarEyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy, que te escucheeeeeeeeeeeeeeeeé y me ha dado mucha alegría verte.
ResponderEliminarUnos cuantos abrazotes y mil gracias, Pilar.
P.D: Se te extraña...:)
Bah!, Alborada, soy como el turrón. Un abrazo :)
EliminarPilar:
ResponderEliminarHas desplegado un arte muy cuidado en la redacción de esta historia, escrita en el límite de las creencias.
Uno de los personajes camina hacia el terreno de lo desconocido, mientras el otro observa su deterioro implacable.
Creo que la pérdida de la fe del sacerdote se asocia a su incapacidad para determinar cuándo se perdió el alma de su amigo.
Muy bueno, atrapante e inquietante.
Un gran abrazo.
Arturo, me alegra tu visita y, como no, el comentario tan minucioso. Muy agradecida por tus palabras. Un abrazo
EliminarPilar... he venido acá en búsqueda de nuevas entradas. Sin problemas pués he podido leer la história y al leer los comentários de sus amigos-lectores, tomé contato con otro importante tema:
ResponderEliminar" Impertinente silencio, único testigo de como se evaporaba mi fe mientras administraba los Santos Óleos."
Fuertes palabras....la pérdida de la fe....
Besos....gracias por la visita!
Integral, muchas gracias por tu interés en mis entradas y volver a comentar la misma :)...No dispongo de mucho tiempo para el blog...Hago lo que puedo cuando, valga la redundancia, puedo. Un abrazo
ResponderEliminarHola Pilar, soy Toñi. He estado mucho tiempo desconectada y hoy al entrar en mi blog te encontré y ha sido muy agradable descubrir el tuyo.
ResponderEliminarEl alzheimer es terrible, mi suegra lo padece y es horroroso ver como una mujer arrolladora se ha convertido en un cerebro vació.
Demasiado triste.
Un placer haberte encontrado
Un saludo
Hola Toñi, bienvenida. Me alegra mucho tu visita y espero que sigamos en contacto.
ResponderEliminarEl placer es mutuo.
Saludos