Se cuenta que algunas madrugadas Maldad despertaba gritando mientras trataba de
desgarrarse el camisón, las sábanas, o
lo que encontrara a su paso. Su novio intentaba calmarla con el cuidado de
tener alejada la cara; no le fueran a quedar señales cuando llegara al trabajo.
Al fin conseguía convencerla de que, como la del cuento, no había nadie mejor
que ella. Entonces Maldad esbozaba una sonrisa, hinchaba el pecho y se iba a
hacer gárgaras al baño. Sus ruidos indicaban al vecindario que podían conciliar
el sueño de nuevo. Con la garganta suavizada, regresaba a la cama. Sin embargo,
los pies se movían sin control ocasionándole un pertinaz insomnio; insomnio que
aprovechaba para urdir mil tramas con las que ganarse la amistad incondicional
de algunas personas, martirizar a otras, o cómo vampirizar información para hacer circular cualquier falsedad contra quien pudiera
estar durmiendo plácidamente en su casa.
A la mañana
siguiente, la sonrisa de Maldad se convertía en un rictus de ingenuidad que propagaba a troche y moche por la calle. Después entraba en “El Afónico”, cafetería
donde desayunaba con el círculo de amigas. Daba lo mismo si tomaban café, granizada,
o coca cola, pero una vez sus traseros en descanso, acompañaban la bebida con
el pellejo de quien tocara ese día creando estrategias hasta lograr pulverizarlo. A veces, el manjar era tan sabroso que duraba,
semanas, meses, ¡y hasta periodos inacabables de solsticios y equinoccios!... Según mi
abuela que, por cierto, nunca supo la ubicación del local, corrió la noticia de
que a excepción de las lenguas, sus cuerpos quedaron fosilizados en aquella
cafetería donde ya no había clientes, ni camareros, ni mesas, ni edificio…
© Pilar Cárdenes
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Maldad ha tenido una descendencia numerosísima.
ResponderEliminarDe hecho está apoderándose del mundo.
Hay que protegerse.
Besos.
La maldad siempre hace estragos, por mucho que se vista de seda...
ResponderEliminarUn abrazo, Pilar
Fina
Admiro tu originalidad para darle protagonismo a este sentimiento. Muy bueno, Pilar.
ResponderEliminarUn besazo muy fuerte, preciosa.
Muy original, me gustó, saludos
ResponderEliminarAh, es un relato impecable! Original la forma de dibujar un sentimiento. Es un texto precioso que te atrapa desde la primera frase. Qué gusto leerte!
ResponderEliminarMaldad ya no se reúne con nadie, no le queda tiempo.
ResponderEliminarUn saludo
Atrapante y escrito como lo sabes hacer.
ResponderEliminarPaso poco por aquí, pero nunca me voy desilusionado.
Un abrazo.
HD